Las comidas más exóticas en el mundo


Por Julieta Sanguino 

Los platillos más exóticos del mundo son muchas veces vistos con normalidad por los habitantes de la región. El problema de vivir en un mundo globalizado, es que no siempre se puede entender y apreciar la riqueza de un país al ver la televisión o conocer lo que dicen los diarios; sin embargo, la comida nos da un panorama más amplio de las costumbres y modos de vida de cada país.

A través de la comida no sólo sabemos acerca del gusto de cada paladar, también podemos descifrar las tradiciones, las dificultades por las que atraviesan en algunas zonas para poder conseguir alimento y la historia de las naciones. Por ejemplo, en los países nórdicos se acostumbra a conservar la carne y las verduras con sal o vinagre, puesto que en algunas estaciones del año, la adversidad que implica el frío merman la capacidad para conseguir comida.

En otras regiones como México, la mayoría de la comida se basa en el maíz. Su diversidad permite realizarlo de muy diferentes maneras, desde tortillas hasta el mole implica la utilización del maíz en su receta. Otros ejemplos son Francia con sus múltiples viñedos o la potencia sexual que los asiáticos aseguran poseen a través de la ingesta de extrañas especies como serpientes, alacranes o calamares.
Pez globo

Es uno de los platillos exóticos más conocidos. El pez globo es sumamente venenoso para el ser humano y puede causar la muerte. Aquellos cocineros que deseen prepararlo deben ser instruidos por tres años para lograrlo, y solamente algunos establecimientos certificados pueden dar a sus clientes el mortífero pez.

En Japón es considerado como un platillo exclusivo y llega a costar aproximadamente 127 mil pesos.

Sopa de sangre

En Polonia dicha sopa es elaborada con sangre de pato, cebolla, pan y frutos secos. Al servirse su apariencia es gelatinosa y aseguran, es una delicia. Le agregan un toque de vinagre y azúcar y la acompañan con carne de cerdo o fideos.

Balut

En filipino y malayo la palabra Balut significa “envuelto”. Es una de las comidas más extrañas del mundo. Se trata de huevos de pato fertilizados, los cuales contienen al embrión en su interior. Es considerado una delicia en algunos países asiáticos, donde aseguran es un afrodisiaco que aumenta el vigor sexual. En Filipinas es considerado un platillo de la alta cocina y es servido en restaurantes de cinco estrellas.

Casu Marzu

Este queso italiano, típico de la región de Cerdeña, se come con larvas y moscas que colonizan su interior; éstas ayudan a la fermentación y rotura de los ácidos grasos. Su nombre quiere decir queso podrido. Su venta está prohibida, pero los lugareños se dedican a fabricarlo en casa y en el mercado negro de la localidad puede encontrarse.

Perro flameado

En China rasuran a los perros y flamean su carne con un soplete. Cuando el perro está dorado y crujiente, lo comen; tal como  si fuera conejo a las brasas.

Escamoles

Los escamoles, larvas de hormiga, son conocidos en México como uno de los platillos más caros y anhelados. En muchos lugares suelen freírlos en mantequilla y acompañarlos con galletas y vino blanco; en otras regiones los añaden a sus alimentos diarios como mole o adobo.

Lutefisk

Los países nórdicos acostumbran a conservar su comida a través de métodos rústicos como curarlos en sal o vinagre. El Lutefisk es un platillo tradicional que se realiza con pescado blanco seco remojado en sosa caústica, la misma que se utiliza para destapar caños, limpiar estufas, hacer jabones y en producción de biodiesel. Su sabor es similar al jabón y tiene un olor penetrante que no es apreciado por nadie. Además su consistencia gelatinosa no ayuda a la fácil digestión.

Vino de feto de rata

Gracias a la maceración de fetos de rata con vino de arroz, este vino asiático tiene un peculiar sabor que más bien se envuelve en un misticismo de creencias. Según los coreanos, este vino ayuda contra trastornos respiratorios y hepáticos.

Dedos de mono

En Indonesia, las personas acostumbran a comer mono, uno de los platillos que realizan son los dedos de mono fritos. Se sirven como entremés y son vendidos en cualquier mercado.

Hakarl

En Islandia comen Hakarl, triburón peregrino que se deja fermentar o curar de dos a cuatro meses con la intención de que el tiburón no sea tóxico. Su olor es similar al amoniaco y se sirve en todas las tiendas de la región. La mayor parte de la gente coincide en que sabe a carne podrida, sin embargo, si se cubre la nariz, el sabor disminuye.


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