Freud, Nabokov, Hitler y otras 59 grandes entrevistas de la historia en un sólo libro

Por Alejandro López

¿Qué pensó Marx durante el meteórico ascenso de las ideas de emancipación proletaria en Europa? ¿Qué motivó a Hemingway a enamorarse de Pamplona y escribir sus últimas obras inspirado en Cuba? ¿Cuáles eran las intenciones de Hitler una década antes de ascender al poder? ¿Qué creía Picasso del arte durante la cumbre de su carrera? ¿Y Margaret Thatcher al contribuir a imponer un nuevo orden mundial y frenar las aspiraciones trabajadoras?

“Las Grandes Entrevistas de la Historia” compendia el trabajo de más de cincuenta periodistas que vivieron a finales del siglo XIX y durante todo el siglo XX, a partir del momento en que este género periodístico se consolidó como tal. El trabajo informativo revive más de 150 años de historia, con personalidades de la talla de Alva Edison, Freud o John Lennon, nombres sobre los que se escribió la historia tal y como la conocemos.


“—¿Se ha analizado usted al menos una vez?— le pregunté al profesor Freud.
—Desde luego. El psicoanalista debe analizarse constantemente. Analizándonos a nosotros mismos aumentamos nuestra capacidad para analizar a los otros. El psicoanalista es como el chivo expiatorio de los hebreos. Los demás depositan en él sus pecados. Ha de ejercitar su arte siempre a fondo para desembarazarse de las cargas que se le imponen”.


La comuna de París, la Revolución de octubre, el ascenso del Tercer Reich, la implantación del Neoliberalismo, el movimiento nacionalista indio, la Guerra Fría: todos periodos históricos que aborda el monumental trabajo recopilatorio de Christopher Silvester, que concentra en 65o páginas gran parte de la historia contemporánea de Occidente.

De la misma forma que una fotografía retrata las características físicas de un lugar según la intención y habilidad del fotógrafo, la entrevista histórica captura detalles del pasado de un contexto específico y sobre todo, del modo de pensar en una época en particular; sin embargo, dista de ser un monólogo de la misma forma que una serie fotográfica, un relato literario o una composición musical.


“Picasso se echó a reír (…) lanzó una mirada hacia la puerta abierta. Había varias personas esperándole.
—Subamos un momento al estudio— dijo (…)
—¿Por qué pinta de un modo tan difícil de comprender para la gente?— le pregunté.
—Pinto así —me respondió— porque mi pintura es fruto de mi pensamiento…”.


Su naturaleza corresponde a una forma discursiva imperfecta y parcial. Imperfecta en tanto que la espontaneidad de las preguntas, del lenguaje y de los temas a tratar puede hacer de ella un acervo histórico o bien, una charla intrascendente. Parcial en el sentido de la imposibilidad moderna que se plantea en el periodismo de ser completamente objetivo. El periodista, como todos los individuos que integran una sociedad, posee un reflejo en su conciencia del medio en el que se desarrolla basado en experiencias empíricas y saberes tradicionales, que hacen imposible llevar a la realidad la supuesta imparcialidad que debe tener cualquier información de origen noticioso.

La ideología, la naturaleza de las preguntas, las respuestas y la sinceridad del entrevistado son factores que juegan en tiempo real sobre el resultado final de este ejercicio periodístico. El libro incluye las famosas entrevistas de Edgar Snow a Mao Zedong, de la italiana Oriana Fallaci a Sammy Davis Jr. y la que le realizó H. G. Wells a Stalin.


“—Pero suponga que Francia tomase represalias invadiendo suelo alemán. Ya lo hizo antes en el Ruhr; puede hacerlo de nuevo.
—No importa cuántos kilómetros cuadrados ocupe el enemigo nacional —respondió Hitler enormemente soliviantado— si despierta el espíritu nacional”.


El relato historiográfico tiene la obsesión de explicar a través de nombres, héroes o villanos, los sucesos que marcaron una época determinada: así como los traumas en la vida de Hitler se vinculan ingenuamente a los horrores del fascismo y su ascenso durante la Segunda Guerra Mundial, obviando las características reales del proceso económico y de descomposición social que llevó a la Alemania de entreguerras a forjar una actitud nacionalista que dio paso al contexto en el que enraizó el germen del nacionalsocialismo, la historiografía falta continuamente al carácter científico de la historia, reproduciendo esquemas que lejos de explicar un proceso complejo de continuación y ruptura en un contexto social dado, reducen los hechos a las ambiciones, traumas, sueños y miserias de hombres que participaron de determinados procesos históricos. 

La entrevista, en cambio, es un ejercicio revolucionario que pone de manifiesto las ideas de una y otra persona. Algunos dicen que el mejor entrevistador es aquel que poco a poco desaparece de la escena y deja surgir el relato desinteresado del personaje en cuestión, otros se decantan por la forma de entrevista-ensayo, un relato más ameno y descriptivo sobre la visión personal del entrevistador; sin embargo, el noble arte del periodismo consiste en conseguir pregunta por pregunta, frase por frase, encauzar una conversación con un fin informativo que trascienda el monólogo del artículo noticioso.


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