Por: Eduardo Limón
Aunque “Suicide Squad” (2016, David Ayer) ha generado comentarios ambivalentes y causado revuelo en los sentimientos del público, no podemos negar dos verdades absolutas que rigen actualmente la impresión del espectador en cuanto a la última producción fílmica de DC:
es una cinta mala que poco se podría acercar a las titánicas visiones de Christopher Nolan o a la plasticidad vintage de Tim Burton. Según Ostrander, el creador del escuadrón “original” en 1987, afirma que estas críticas son culpa de la saturación de blockbusters y la predisposición a odiarla, sabiendo que esta nueva ola en el universo de los superhéroes ha cambiado de dirección gracias a Warner Brothers. Así que el filme es una mezcla extraña de satisfacciones y repudios por parte de los fanáticos.
es una cinta mala que poco se podría acercar a las titánicas visiones de Christopher Nolan o a la plasticidad vintage de Tim Burton. Según Ostrander, el creador del escuadrón “original” en 1987, afirma que estas críticas son culpa de la saturación de blockbusters y la predisposición a odiarla, sabiendo que esta nueva ola en el universo de los superhéroes ha cambiado de dirección gracias a Warner Brothers. Así que el filme es una mezcla extraña de satisfacciones y repudios por parte de los fanáticos.
“Por más que tratemos de disociar las líneas narrativas del cómic y el cine, o de mantener la calma frente a las nuevas rutas de estos personajes, los espectadores han levantado su voz y ya muy poco se puede rescatar de esta pandilla criminal en la pantalla”.
Sin ahondar demasiado en las fallas o aciertos que ha tenido el filme, sólo nos queda aceptar otro hecho sin cuestionamiento: el público siempre tiene la última palabra. Y si él dice que no la acepta como un capítulo más en el mundo de Batman y compañía, ¿qué podemos hacer sino aceptar los veredictos? Por más que tratemos de disociar las líneas narrativas del cómic y el cine, o de mantener la calma frente a las nuevas rutas de estos personajes, los espectadores han levantado su voz y ya muy poco se puede rescatar de esta pandilla criminal en la pantalla.
¿Será el manejo de la historia? Quizá su posproducción caótica y pretenciosa para la comedia –como si fuera necesario ponerse al nivel de Marvel–, el marketing medianamente engañoso de los promocionales o la cantidad catastrófica de personajes y su poca atención temporal a cada uno. No lo sabemos a ciencia cierta. Pero “eso” que ha dejado tan mal sabor de boca en los asistentes al cine, simplemente no nos deja avanzar.
Entonces, dedicado a todos aquellos decepcionados, ¿qué podemos hacer para resarcir ese contradeleite? Obviamente, buscar una alternativa a la mano. Y eso implica a Netflix.
“Los siete magníficos” (1960) – John Stuges
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Por ejemplo, podríamos iniciar con ese filme híbrido de western y misterio contemporáneo, el cual retoma a un grupo de delincuentes salvajes que, hartos de los asaltos perpetrados por un despiadado bandido en México, se reúnen para salvar a un poblado de sus sucios métodos. Un completo escuadrón suicida que toma sus medios vandálicos para combatir el crimen desde el crimen mismo.
“Tombstone” (1993) – George P. Cosmatos
Con un peculiar elenco que podría no convencernos de primera mano, esta cinta toma la línea del legendario Wyatt Earp, quien se reúne con sus hermanos Morgan y Virgil para buscar fortuna en el pueblo minero de Tombstone. Personajes que a partir de sus desastrosos métodos, se convierten en una suerte de héroes oscuros que no sabemos si queremos ver triunfar o caer mediante sus métodos extremos
“V de venganza” (2005) – James McTeigue
Basándose en la novela gráfica de Alan Moore y David Lloyd, esta historia se basa en un rebelde enmascarado mejor conocido como “V”, quien se levanta en una suerte de terrorismo contra el gobierno totalitario y encuentra a una aliada inesperada en esa contestación salvaje del pueblo insatisfecho.
“Watchmen” (2009) – Zack Snyder
En un escenario total de violencia y sombras, la Tierra vive un universo paralelo en 1985 y la amenaza de una guerra nuclear que pondrá todo cabeza abajo. ¿El problema? Hay un grupo de personas con superpoderes y tienen tajantemente prohibido usarlos, aunque eso signifique una vulnerabilidad terrible. Desobediencia y humanidad descarnada se conjugan en esta cinta para salvar el mundo.
“Otro día para matar” (2014) – Leitch & Stahelski
Tras haberle arrebatado lo que más amaba en la vida, un perro y un fantástico Mustang, John Wick desata todo su pasado y origen siniestros para cobrar venganza; con un amplio conocimiento en tortura y armería, este hombre no espera a que la ley surta efecto, porque él mismo escapa de ésta y sus inutilidades.
“Psycho” (1960) – Alfred Hitchcock
Regresar a los clásicos siempre es bueno. Y nada como volver a las narraciones del maestro del suspenso; en especial cuando sus personajes van de la deslealtad al trauma, como ocurre en este mítico thriller en el que cualquier acto extraño se desea vencedor por parte del público cómplice. Anthony Perkins y Janeth Leigh se desean héroes, aun cuando sabemos que son despreciables.
“Sólo Dios perdona” (2013) – Nicolas Winding Refn
Película que reúne en toda escena una fórmula perfecta de oscuridad, intensidad, ansia y experimento. Todo se desata cuando un policía mata al hermano de un mafioso británico que lidera un club de peleas en Bangkok; la venganza se hace inminente, la participación de una madre sanguinaria se hace urgente y la oscuridad de la noche es primordial en este relato que clama un quiebre entre buenas acciones y dementes medios.
“Sin lugar para los débiles” (2007) – Los hermanos Coen
Absolutamente, una de las mejores actuaciones de Javier Bardem y Tommy Lee Jones en el mundo del cine; tras una terrible coincidencia en el camino de un cazador, la cual terminó involucrándolo en una esfera de crimen y ultraviolencia descrita a la perfección por Cormac McCarthy, en esa tendencia que todos amamos en él: la del reinado de lo enfermo.
Desde hace algunos años, el protagonismo más exquisito que hemos cedido en la pantalla grande es aquél que se dirige sin escalas a los personajes que, valiéndose de su extrema complicación, buscan sus metas personales e íntimas y nos hacen compartir esa ansia de triunfo, cueste lo que cueste. Probablemente ese sea otro elemento en que “Suicide Squad” le falló a algunos: el incorrecto abordaje de su buena maldad. Para ahondar más en ese conflicto, revisa las 8 cosas que Suicide Squad sí hizo bien y las diferencias entre el cómic y la película de Suicide Squad que explican su fracaso.
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