Historias reales de los niños salvajes



Por Andrea Méndez Balcells

Cuando una persona es abandonada y aislada de la sociedad desde muy temprana edad, repite lo único que conoce y adopta comportamientos basados en lo que observa todos los días. Por más increíble que parezca, han existido historias de niños que, por diversas circunstancias, encontraron refugio y calor en animales, estos los han acogido como iguales y han convivido con ellos durante mucho tiempo, sobreviviendo en hábitats salvajes  hasta llegar a convertirse en uno más de la manada.

Feral Children (niños salvajes) es el último proyecto de la fotógrafa alemana residente de Londres, Julia Fullerton-Batten, quien se dio a conocer en 2005 gracias a su serie Historias adolescentes, en la que exploraba la transición de niña a mujer.  

Niños Salvajes es una serie fotográfica que cuenta, con impactantes imágenes, la historia real de 14 niños salvajes que por distintas circunstancias terminaron viviendo aislados de cualquier contacto humano, la mayoría de ellos con animales o en circunstancias inhumanas. En casi todos los casos, estos niños fueron encontrados y reubicados en instituciones, donde algunos lograron salir adelante.  

El libro sobre la historia de Marina Chapman: La niña sin nombre, inspiró a Julia a investigar sobre otros casos de niños salvajes: “Encontré que había un número considerable de ellos. En algunos casos era porque el niño se perdía y se lo quedaban animales salvajes, pero especialmente aquellos abandonados o desatendidos por sus padres. Estos casos documentados existen en cuatro de los cinco continentes”. 

Aquí te mostramos la serie completa de Feral Children, con una breve historia de la vida de cada uno de los niños que aparecen en las fotografías. 

Victor (el chico salvaje de Aveyron), Francia, 1797

Victor fue visto a finales del siglo XVIII en los bosques del sur de Francia, pero escapó. Fue capturado en 1800, cuando tenía 12 años, incapaz de hablar y lleno de cicatrices. No sentía el frío en absoluto. Intentaron enseñarle a hablar y comportarse, pero fue imposible. Al final fue llevado a una institución en París y murió a los 40 años.

John Ssebunya (el chico mono), Uganda, 1991

Huyó de su casa a los tres años, en 1988, cuando su padre asesinó a su madre. El niño acabó en una jungla donde vivió con monos. Fue capturado en 1991 e internado en un orfanato. Tenía pelo por todo el cuerpo y parásitos intestinales. Finalmente aprendió a hablar y comportarse “como humano”.
Resultó que Ssebunya tiene una gran voz y sale de gira por Reino Unido con el coro infantil Pearl of Africa.

Marie Angelique Memmie Le Blanc (La chica salvaje de Champagne), Francia, 1791
Durante 10 años caminó sola por miles de kilómetros en los bosques de Francia. Armada con un palo, luchaba contra animales salvajes y comía pájaros y ranas. Fue capturada a los 19 años, no sabía hablar y tenía garras. 
En 1737 la reina de Polonia se la llevó de caza de conejos, ya que corría muy rápido. Ayudada por la realeza, aprendió a leer, escribir y hablar francés.  En 1755 se publicó su biografía y en 1775 murió en París, a los 63 años y siendo rica.

Ivan Mishukov, Rusia, 1998
Iván fue abusado por su familia y huyó a los cuatro años. Vivía en la calle mendigando y se hizo amigo de unos perros salvajes, con quienes compartía comida. Al final se convirtió en el líder de la manada. Vivió así dos años pero finalmente lo llevaron a un hogar infantil. 
Debido a que mendigaba, aún sabía hablar, y todo esto ayudó a su recuperación. Ahora vive normalmente.

Kamala y Amala, India, 1920
Kamala de 8 años y Amala de 12 fueron encontradas en 1920 en la cueva de unos lobos por un clérigo. Las chicas no parecían humanas e iban a cuatro patas cuando se les capturó. Al principio dormían juntas acurrucadas, gruñían y comían carne cruda. Estaban físicamente deformadas y no tenían interés en los humanos, pero su vista, oído y olfato eran excepcionales. 
Amala murió al año siguiente de su captura, y Kamala aprendió a decir algunas palabra y caminar de pie, pero murió en 1929 de un fallo en el riñón, con 17 años.

Sujit Kumar, El chico pollo, Fidji, 1978
Sujit sufría comportamiento disfuncional de niño y sus padres lo encerraron en un corral de gallinas. Sus padres murieron y su abuelo le siguió manteniendo allí. Tenía ocho años cuando lo encontraron en la carretera, cloqueando e imitando a los pollos. Fue llevado a un asilo pero era muy agresivo y estuvo 20 años atado a la cama. 
Ahora tiene 30 y lo cuida Elizabeth Clayton, quien lo rescató.

El chico leopardo, India, 1912
Tenía dos años cuando se lo llevó una leopardo en 1912. Tres años después un cazador mató al animal y encontró tres cachorros, el chico era uno de ellos.  Lo devolvieron a su hogar, con rodillas callosas y dedos torcidos, pero peleaba con quien se acercara y se comió crudo un ganso tras matarlo. No podía hablar y sólo gruñía. Luego aprendió a hablar y caminar más recto. 
Por desgracia, se volvió gradualmente ciego de cataratas, típico en su familia.

Genie, Estados Unidos, 1970
Cuando era un bebé, su padre dijo que era “retrasada” y la encerró en un pequeño cuarto de la casa atada a un retrete para niños. Vivió sola y confinada durante 10 años. En 1970, a los 13 años, un trabajador social descubrió su estado; no sabía moverse bien ni hablar, y escupía todo el tiempo. 
Gradualmente aprendió unas pocas palabras y a leer, hasta desarrolló algo de comportamiento social. Tras varias adopciones en las que sufrió abusos y amenazas, volvió al hospital infantil, donde dejó de hablar de nuevo. 
Los fondos para tratar e investigar a Genie cesaron en 1974 y no se sabía qué fue de ella hasta que un investigador privado la encontró en una institución para adultos con problemas mentales.

Madina, Rusia, 2013

Madina vivió con perros desde que nació hasta los tres años. La encontraron unos trabajadores sociales en 2013, desnuda, andando a cuatro patas y gruñendo. Su padre la abandonó y su madre se volvió alcohólica. Los otros niños no jugaban con ella porque se comportaba como los perros. 
Los médicos dicen que Madina está física y mentalmente sana a pesar de su comportamiento. Probablemente lleve una vida normal cuando aprenda a hablar.

Shamdeo, India, 1972

Shamdeo es un niño de unos cuatro años de edad, quien fue descubierto en un bosque en la India en 1972. Él estaba jugando con cachorros de lobo y su piel era muy oscura, había afilado sus dientes, tenía uñas largas en forma de gancho, cabello enmarañado y las manos llenas de callos. Shamdeo era aficionado a la caza de pollo, comía tierra, le gustaba la sangre y tenía un lazo afectivo con los perros. Finalmente dejó de comer carne cruda, pero nunca habló, aunque sí aprendió algo de lenguaje de señas.
En 1978 fue admitido en un hogar de la Madre Teresa para indigentes, donde fue rebautizado como Pascal. Murió en febrero de 1985.

Prava, El niño pájaro, Rusia, 2008

Prava tenía siete años y fue encontrado en un diminuto apartamento donde vivía con su madre de 31 años, quien en un cuarto lleno de jaulas con pájaros y sus excrementos, trataba al niño como a otra mascota.  La madre indica que nunca le pegó ni lo dejó sin comer, pero jamás le habló. Él sólo se comunicaba con los pájaros y no podía hablar, pero agitaba sus brazos como las alas de las aves. 
Prava fue llevado a un centro de atención psicológica donde los médicos intentan rehabilitarlo.

Marina Chapman, Colombia, 1959

Marina fue secuestrada en 1945, cuando tenia apenas cinco años, y fue abandonada en la jungla. Ella vivió cinco años con unos monos capuchinos y aprendió de ellos a trepar y a comer lo que se podía. 
Cuando fue rescatada por cazadores no sabía hablar y fue vendida a un burdel, después fue convertida en esclava, hasta que un vecino la rescató y la llevó a Bogotá, donde fue adoptada junto a sus cinco hijos. 
En 1977 se mudaron al Reino Unido, donde aún viven. Se casó y tuvo hijos, la más joven de ellos, Vanessa James, le ayudó a escribir un libro con su historia: La chica sin nombre.

Oxana Malaya, Ucrania, 1991

En 1991, Oxana fue encontrada con perros, tenía tan solo 8 años y llevaba seis viviendo con ellos. 
Sus padres eran alcohólicos, una noche la dejaron fuera y se fue con los perros a buscar calor. Al encontrarla, se comportaba como un perro, andaba a cuatro patas y sólo sabía decir sí y no. 
Con terapia intensiva, Oxana aprendió a hablar y comportarse como una niña de cinco años. Ahora tiene 30 y vive en una clínica de Odesa, trabajando en el hospital de animales bajo supervisión.

Chica Lobo, México, 1845-1852

En 1845 una niña fue vista corriendo a cuatro patas con una manada de lobos que atacaba a unas cabras, y luego devorándolas. Fue capturada pero escapó. En 1852 fue vista nuevamente con dos lobeznos, pero corrió a la espesura y no se le volvió a ver.


Comentarios