Por René
“Amo los sonidos, justo como son, y no tengo necesidad de que sean una cosa diferente de lo que son. No quiero que sean psicológicos. No quiero que un sonido pretenda que es una cubeta o un presidente, o que está enamorado de otro sonido. Sólo quiero que sea sonido”. – John Cage en Silence
La ciudad de México tiene un imaginario sonoro único. Los estridentes cláxones modificados para que suenen a la versión MIDI del tema principal de la película El Padrino, los pregoneros, los organilleros que lentamente van perdiendo piezas del instrumento que ya no son fáciles de conseguir, los cuatro sonidos notas cortas que informan la llegada del camotero y la campana de la basura son algunos de los más característicos sonidos urbanos.
Estos sonidos no son sólo ruido; le dan una identidad a nuestra ciudad. Algunos de estos se encuentran en peligro de extinción ya que la tecnología ha logrado inventar aparatos que sustituyan a las personas que realizan oficios con sonidos particulares, como el afilador, el vendedor de los “ricos y deliciosooooooooooos tamaaaaaales oaxaqueños” han logrado sustituir a las personas que realizan estos emblemáticos sonidos por artefactos.
La Fonoteca Nacional, en la sección México suena así tiene recopilados los sonidos urbanos por zonas, para que puedan ser escuchados. Los sonidos de la Ciudad de México, al igual todos, no pretenden otros, son inconfundibles y es necesario preservarlos como patrimonio intangible de esta ciudad.
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