La mariposa azul: la leyenda nipona que nos enseña a ser responsables de nuestros actos



Por: Noelia Farias

No conozco a nadie que no le gusten las leyendas. La curiosidad es algo que traemos innato y siempre queremos saber cómo termina una historia que al parecer sucedió en algún momento.    

A muchos les atraen este tipo de historias porque dejan un mensaje o una enseñanza y porque se cuentan como verdaderas aunque son muy pocas las que ocurrieron alguna vez. A su vez, tienen mucho misterio y pocas veces se sabe con certeza su origen.

No conocía la leyenda de la mariposa azul y cuando la leí me encantó, entérate de qué trata...

Cuenta esta leyenda oriental, que hace muchos años, un hombre enviudó y quedó a cargo de sus dos hijas.

Las dos niñas eran muy curiosas, inteligentes y siempre tenían ansias de aprender. Constantemente le hacían preguntas a su padre, para satisfacer su hambre de querer saber. A veces, su padre podía responderles sabiamente, sin embargo, las preguntas de sus hijas le impedían darles una respuesta correcta o que convenciera a las pequeñas.

Viendo la inquietud de las niñas, decidió enviarlas de vacaciones a convivir y aprender con un sabio, el cual vivía en lo alto de una colina. El sabio era capaz de responder a todas las preguntas que las pequeñas le planteaban, sin ni siquiera dudar.

Sin embargo, las dos hermanas decidieron hacerle una pícara trampa al sabio, para medir su sabiduría. Una noche, ambas comenzaron a idear un plan: proponerle al sabio una pregunta que no fuera capaz de responder.

-¿Cómo podremos engañar al sabio? ¿Qué pregunta podríamos hacerle que no sea capaz de responder?- preguntó la hermana pequeña a la más mayor.

-Espera aquí, enseguida te lo mostraré- indicó la mayor.

La hermana mayor salió al monte y regresó después de una hora. Tenía su delantal cerrado a modo de saco, escondiendo algo.

-¿Qué tienes ahí?- preguntó la hermana pequeña. La hermana mayor metió su mano en el delantal y le mostró a la niña una hermosa mariposa azul.

-¡Qué belleza! ¿Qué vas a hacer con ella?

-Esta será nuestra arma para hacer la pregunta trampa al maestro. Iremos en su busca y esconderé esta mariposa en mi mano. Entonces le preguntaré al sabio si la mariposa que está en mi mano está viva o muerta. Si él responde que está viva, apretaré mi mano y la mataré. Si responde que está muerta, la dejaré libre. Por lo tanto, conteste lo que conteste, su respuesta será siempre errónea.

Aceptando la propuesta de la hermana mayor, las niñas fueron a buscar al sabio.

-Sabio- dijo la mayor- ¿Podría indicarnos si la mariposa que llevo en mi mano está viva o está muerta?

A lo que el sabio, con una sonrisa pícara, le contestó: “Depende de ti, ella está en tus manos”.

Esta leyenda japonesa nos recuerda que nosotros somos los responsables de nuestras acciones cotidianas y de sus consecuencias.

Todos los días escucho cómo muchas personas culpan a otras sobre cosas que no les gusta de su propia vida, o que todo el tiempo están viendo los defectos del otro cuando lo que les molesta del otro es lo que está mal en ellos mismos.

Somos responsables de nuestros actos porque todo el tiempo podemos elegir, tenemos múltiples opciones y el camino que tomamos es uno de tantos.


¿Piensas lo mismo? ¿Te gustó esta leyenda?

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