El Hospital Estatal de Topeka, uno de los asilos mentales más siniestros y terribles de la historia



Por:  Valentina 

El Hospital Estatal de Topeka, ubicado en Topeka, Kansas, fue una institución pública para la atención y el tratamiento de los enfermos mentales.

Abrió sus puertas en 1879 y permaneció 118 años en actividad. Para algunos obtuvo una gran reputación, para otros se trató de uno de los asilos más siniestros del mundo, con un gran hacinamiento de pacientes mentales internados.

Sus comienzos

Como el hospital del estado de Osawatomie estaba seriamente sobrepoblado, surgió la idea de construir un asilo adicional en la ciudad de Topeka.

Para el 1 de junio de 1879, el primer edificio fue terminado y abierto formalmente por el superintendente Dr. Barnard D. Eastman. Y contaba con un edificio de administración central, departamentos domésticos como lavandería, panadería y sala de calderas. Además de los cuartos de los pacientes, conectados por un corredor de una sola planta.

Hasta 1919, la única forma de ser admitido en el asilo era por orden judicial, lo que significaba que la población estaba «criminalmente loca», título al que se opuso el intendente alegando que «los locos» están enfermos y no son criminales.

Las increíbles y escalofriantes historias del hospital

Los tratamientos que se daban en el Hospital Estatal de Topeka dieron igual a historias aterradoras en las que los pacientes eran descuidados, abusados, controlados y hasta violados por los asistentes.

Incluso debido a las historias sembradas sobre la institución, un periodista decidió visitar el asilo, y pudo comprobar las horribles condiciones a las que estaban sometidos los pacientes.

En 1948 las terribles condiciones del asilo de Topeka generaron un estado de alarma. El gobierno había reducido la financiación y había una escasez de personal que generaba que los pacientes permanecieran en los corredores sin rumbo durante todo el día.

También sucedía que los nuevos pacientes no eran evaluados antes de ingresar y se los mezclaba con el resto de los pacientes, sin siquiera tener la identificación precisa de muchos de esos pacientes.

Esterilización forzada en el hospital

En 1913 se aprobó la primera ley de esterilización en Kansas, dirigida específicamente a criminales habituales, epilépticos, «locos» e «idiotas».

En el período de 1913 a 1920 se realizaron 54 esterilizaciones forzadas en el hospital de Topeka.

Luego, en 1920 llegaron a ser ampliamente aceptables, permitiendo que se dieran miles de estos procedimientos antes de ser prohibidas en 1961.

El caso de Stephanie Uhlrig

Stephanie Uhlrig era una terapeuta musical y trabajaba con los pacientes del hospital. Uno de esos pacientes era Kenneth D. Waddell, que había sido puesto bajo custodia de las autoridades de salud mental.

Waddell fue colocado en la Sala Forense de Adultos, aislada de otras unidades por contener pacientes de mayor riesgo. Pero la unidad fue cerrada por restricciones presupuestarias y a Waddell lo ubicaron con los demás pacientes.

En 1992 y Uhlrig y otro terapeuta llevaron a unos pacientes, incluido Waddell, a ver una película. Al regresar al hospital, Waddell atacó y mató a Uhlrig y su cuerpo fue encontrado en el baño de unos de los edificios del hospital.

El Tribunal de Apelaciones de los Estados Unidos, decidió en 1995, que si bien el asesinato de Uhlrig era trágico, no era el resultado de una conducta imprudente por parte de los administradores estatales de salud mental.

Un cambio más que necesario

Tras los informes de hacinamiento y negligencia, el gobernador mandó a investigar las condiciones del asilo encontrando varias insuficiencias. Por lo que se decidió que se duplicaría el personal, se le daría a los pacientes una estructura diaria y se expulsaría al personal corrupto.

A su vez, en un trabajo temporal con la Fundación Menninger, se organizó un departamento de psicología y al año se comenzaron los planes de alta para los pacientes que ya estaban lo suficientemente bien como para ser liberados.

En 1951, se permitió que los pacientes recibieron tratamiento ambulatorio en el Hospital Estatal de Topeka, lo que permitía la libertad parcial a muchos pacientes que de lo contrario hubieran estado detenidos durante años.

Con todos esos cambios, el asilo consiguió convertirse en una instalación líder brindando un buen servicio a sus pacientes. Sin embargo, durante sus primeros años, los horrores vividos por pacientes y profesionales del hospital lo convirtieron en uno de los asilos mentales más siniestros de la historia. ¿Conocías su historia?


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