Beneficios de la inteligencia emocional




Por: Psic. Román Hernández

Todo pensamiento, comportamiento, palabra, parte de una emoción.
Y es que nadie nos enseña a expresar lo que sentimos; hemos crecido con la idea de que expresar nuestras emociones y sentimientos es un acto de debilidad, cobardía e incluso nos han hecho saber que eso no ayuda a la solución del conflicto, por lo cual, el expresarlo, solo es para llamar la atención del otro y ser una buena víctima.

Expresar lo que sentimos, es algo que se aprende en las primeras etapas de nuestra vida. Pero, que sucede cuando en casa, en la infancia, se vivía dentro de un ambiente donde los padres de familia no demostraban afecto, el papá obstinado por ser un buen proveedor, no expresaba muestras de cariño, donde la madre se sentía poco valorada y reprimida, donde la exigencia era solo entregar buenas notas y no “rezongar”, ya que eso podría ameritar conflictos mayores, castigos, disgustos familiares, ambientes hostiles, entre otras situaciones.

Y es que uno de los motivos aprendidos, por el cual no expresamos lo que sentimos, justamente es por “evitar conflictos”, por evitar ser señalado como alguien que lastima o que hiere a otra persona, sin darse cuenta del daño que genera la represión del mismo.

Toda esa información respecto a la educación en la infancia, la experiencias traumáticas, recuerdos, vivencias, se almacenan en una parte de nuestro cerebro llamada “amígdala”; la cual genera una serie de secreciones hormonales internas, dando así, origen a nuestros comportamientos y actitudes, como respuesta a los estímulos recibidos del exterior.

Por tanto, la expresión de las emociones, no es algo que dependa únicamente de la experiencia del sujeto. Es una reacción fisiológica que el cuerpo requiere externar.

Es muy importante destacar que además de generar una serie de alteraciones fisiológicas en el cuerpo humano, la represión de las emociones nos aleja de nuestra autenticidad, puesto que estamos amoldando lo que es necesario expresar a lo que cognitiva y emocionalmente conviene para el entorno.

Hablar de colitis, gastritis, migraña, fibromialgia, cansancio crónico, hipertensión, entre otros… es hablar también de emociones reprimidas.

No solo se genera un daño a nivel fisiológico, el vivir guardando nuestros sentimientos constantemente, comienza a deteriorar sustancialmente las relaciones interpersonales que tenemos a nuestro al rededor.

Siempre me escucharás decir: ¡Tu pecho no es bodega! Cuando hablamos de decir las cosas en el momento correcto, con la persona correcta, en la intensidad adecuada, estaremos hablando de Inteligencia Emocional; que es justamente esta capacidad para identificar, entender y manejar las emociones adecuadamente.

Expresa tus emociones en 6 pasos:

Identifica la emoción ante el evento. 
Presta atención a la reacción en tu cuerpo.
Identifica qué estímulo dispara la respuesta inmediata. 
Expresa tus emociones de manera controlada y objetiva.
Utiliza una técnica de comunicación. 
Realiza una retroalimentación con tu cuerpo.

La empatía es una de las habilidades emocionales que permite entender la postura de las demás personas ante un evento o una situación, por tal motivo no se trata de convencer a la contraparte de un punto de vista personal, sino de liberarnos de algo que fisiológica y emocionalmente tu cuerpo está queriendo externar.


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